viernes, 9 de marzo de 2007

Reflexión dulce o... ¡es que comer mola un montón! (primera parte)

Hay millones de formas, colores, sabores, evocaciones... todo atrapado en un pequeño bocado de sabor. Sólo apenas un instante en tu boca y... ya eres feliz. A lo mejor sólo dura ese breve momento pero merece la pena.

-Bocaditos de nata:me gusta saborear con la lengua primero la nata y luego comerme el resto en dos mordiscos. Ni uno más ni uno menos.
-Petit Choux de chocolate, café y crema: primero me como el glaseado (es lo más rico).
-Naranjitos: antes los odiaba. Ahora los devoro. No se si lo mejor es el chocolate o la naranja.Tendré que probar otro más para decidir.
-Marrón Glacé: no hay palabras para describir su sabor, la fina capa de azúcar, la textura de la castaña... Ummmmmmm.
-Borracho: el preferido de mi padre. Una combinación perfecta de bizcocho y licor.
-Bombones de guinda: primero un mordisco en la base, sorber el licor y por último, la guinda y el chocolate crujiente.
-Tarta Sacher: la mejor combinación del mundo: chocolate y frambuesa. Perfecta para una merienda invernal.
-After Eight: un clásico británico. Al comerlo se me pone cara de bombín y me sale un gracioso acento.

Ya no puedo hablar más. Un naranjín me llama.

2 comentarios:

Akiles dijo...

Se te ha olvidado la leche condensada, para mí el mejor sabor del mundo, yo me puedo comer un tarro en menos de 3 minutos. O te encanta o no te gusta nada.
Bs.

Rubia dijo...

Coincido contigo Akiles. Me encanta la leche condensada pero... es una bomba para las arterias. Hay que controlarse.

(Ahora no voy a parar hasta pillar un bote, dita sea!)


El chocolate no cura el desamor (pero ayuda)

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