lunes, 14 de mayo de 2007

Recordando II

Mira que he leído.... y sin embargo hay libros de los que no recuerdo ni el qué ni el cuándo. De otros me acuerdo de cada detalle, como la novia friki que se acuerda de qué llevaba puesto la primera vez que la dieron un beso. Son ya 25 años de libros. Para muestra, un botón... o un libro.

- El Libro Peludo: mil y una vez me lo han leído mis padres. Recnozco que no me acuerdo de toda ¿vale?
- Las tres mellizas: lo que más me gustaba era levantar las solapas.
- Poesía de Gloria Fuertes: en la consulta del dentista.
- Los tomos gordos de aventuras Disney: unas vacaiones en Benidorn
- Tintín: una herencia de padre a hija.
- Asterix y Obelix: en el baño.
- Querida Susie, Querido Paul: con diez años.
- La cazadora de Indiana Jones (la de veces que me leí ese libro): Obsesión por un beso. Cosas de crías.
- Fray Perico y su borrico: obligatorio en el cole de monjas.
- Momo: herencia materna.
- El Guardián entre el centeno: en una caj verde, en unos reyes, de mi tío.
- El hombre que era jueves: época insti. Soy cultureta.
- La Rosa y la Espada: época insti. De una amiga. De amor claro. Lo leímos todas.
- Un cuarto propio y Flush : en clase de literatura.
- Los papeles póstumos del Club Pickwick: 1997. Viaje a Italia.
- Loca por las compras: en la facultd. Lo que me pude reir
- Harry Potter: recomendación de mi amigo Carlos. Madre mía, qué bien me lo pasé.
- Los pilares de la Tierra: recomendación de padres. En época de e´xamnes me enganché.
- El último Catón: un verano (2002 creo).
- No mires debajo de la cama: lo que me sorprendió.
- Metafísica de los tubos: todavía estoy con la boca abierta. Recuerdo la sensación que me dejó.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo tambien fui a colegio de monjas y tambien me lei Fray Perico y su borrico! aun me acuerdo de su portada y todo...

me ha hecho gracia ver que no era mi colegio el único que lo exigía.

Laura Virue dijo...

Bueno, en eso coincidimos creo que fue bestseller gracias a las monjas, jejeje
Yo también leí querida Susi, querido Paul... que mono


El chocolate no cura el desamor (pero ayuda)

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